martes, 3 de agosto de 2010

El Amor que Perdura PARTE I

Es tan importante que el pueblo de Dios someta cada área de su vida al gobierno y dirección de Cristo; y que no olvidemos que somos llamados a ser luz y sal en un mundo corrompido en sus valores morales, apartados de Dios.


Sin embargo, es triste escuchar de estadísticas que muestran los mismos indices de divorcio entre los "cristianos" y el mundo. ¿Cómo podemos estar bien con eso? ¿Cómo el mundo verá la Verdad de Cristo si no reflejamos Su carácter en los aspectos básicos y áreas vitales de nuestras vidas?


Cómo mujer soltera, me doy cuenta de la necesidad de que los Cristianos solteros estemos al tanto de esta situación y conformemos nuestra vidas a las Enseñanzas de Cristo. El Señor quiere un pueblo que refleje Su carácter en sus vidas publicas, pero también en sus vidas privadas. Si bien el matrimonio es un paso natural en la vida del ser humano según el patrón divino; no es el fin ni debe ser el enfoque de la vida de un soltero/a. Cuando el Señor nos pide que seamos santos, hace el llamado tanto a jóvenes y adultos, mujeres y hombres, solteros y casados y por eso sabemos que no es al llegar a cierta etapa de nuestras vidas que estaremos "realizados" en los planes y propósitos de Dios. Es cierto que Dios tiene nuestro futuro escrito en Su libro; pero su mayor deseo y plan con Su pueblo es que éste sea un reflejo claro de Su justicia y santidad. (Jeremías 31:23)

Cuando pensamos así y vivimos así y anhelamos así, luego todo lo que el Señor traiga a nuestras vidas va a ser algo que recibiremos como un don Suyo, que no usurpa Su lugar en nuestras vidas y que podemos devolverlo a Él haciéndole dueño y Señor de todo lo que poseemos. Así, pienso, siendo verdaderos Cristianos, fieles a nuestro Padre, que amamos honrarle; seremos luz, y sal, y levadura, y cada aspecto de nuestra vida, cada estación de nuestra historia tendrá como fin principal agradarle a El y honrarle a Él y ¡mostrar al mundo cuan grandes cosas ha hecho el Señor con Su pueblo, con aquellos que le aman!

En lo personal, aún me queda un laaaargo camino por recorrer a la Luz de esta Verdad. Mi anhelo es permitirle a Cristo gobernar cada área de mi vida y aunque los estándares de Su palabra parezcan demasiado altos, tengo la confianza y esperanza en saber que no soy yo quien puede obrar estos cambios en mi, sino que Cristo es el Autor y Consumador de ésta fe en la que al Padre ha agradado incluirme. Descansemos pues en tan maravillosa promesa, y honrémosle, rindamos nuestros caminos, y acerquémonos confiadamente al Trono de Su gracia para que hallemos misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4:16).

¿Anhelaremos Sus deseos y propósitos por encima de los nuestros? ¿Confiaremos en Sus promesas de amor cuando nos dice que Sus planes son de bien y no de mal para Su pueblo (Jeremías 29:11) ?...

Como Cristianos nuestros estándares de vida ya no son los del mundo, una vez estuvimos ahí, pero Dios reformó nuestra forma de pensar, nos dio nueva Vida en Cristo Jesús y nos mostró el camino por el que El quiere que andemos. Estamos en el mundo pero no somos de él, eso dijo Cristo, así que también seremos extraños al mundo si seguimos Sus enseñanzas; pero ésto no debe amedrentarnos, ni hacernos vacilar cuando encontramos que Dios tiene un concepto más alto y más hermoso acerca del matrimonio y de cada aspecto de la vida de sus hijos que el que tiene el mundo acerca de estos 'asuntos' que han sido disminuidos y desvalorizados en la sociedad moderna.

Miremos por unos instantes al mundo y veamos si los patrones permitidos por él han dado a luz mejores familias, mejores matrimonios, mejores sociedades y mejores países. Muy por el contrario, el mundo va de mal en peor y no mejorará hasta que acepten que sin Dios ni Su ley en Cristo como guía están perdidos.
Sea que estemos llamados al matrimonio o no, el Señor quiere desarrollar en nosotros un Estilo de Vida que refleje y comunique el carácter de Cristo en el mundo. No impo
rta cuál sea nuestra profesión, lugar de origen o tu estatus social, Dios hace el mismo llamado a todos sus hijos a vivir una vida en santidad y obediencia A PESAR del mundo que nos rodea.

A la luz de ésta verdad, ¿Viviremos hoy para el Señor? ¿Caminaremos con nuestra mirada en la Eternidad o seguiremos como ciegos espirituales, palpando las cosas terrenales a nuestro alrededor?

Dios quiere suplir todas nuestras necesidades en Cristo Jesús, el es un Padre amoroso. Pero porque él nos ama, quiere que nuestro deleite esté unicamente en Él y Su ley, pues sabe que ahí tendremos la verdadera dicha, paz que el verdadero Amor nos puede proporcionar.

Ahora, realiza una pequeña ecuación con migo, ¿crees que si los Cristianos abrazáramos esta manera de pensar y vivir y camináramos de esta forma, los números de las encuestas citadas anteriormente serian los mismos? Pienso que no. Que hermoso resulta ver ejemplos de familias Cristianas donde cada cónyuge ha entendido que su deleite, amor y provisión primordial vienen de Dios. El amor que tienen por su cónyuge y por sus hijos es uno que ha sido moldeado y perfeccionado por la relación privada que tienen con el Padre. Ellos han reflexionado que si los dones de Dios son hermosos, ¡¿cuanto más lo será el Dador de esos dones?!

He hecho mis matemáticas, y he concluido que a fin de cuentas, es el Amor de Dios por nosotros en la Vida de Cristo, ¡el amor que para siempre perdura!

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